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Semana Mary Ward: 29 Enero 2021

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MARY WARD: UNA MUJER EN SINTONÍA CON LA CREACIÓN

Mary Ward buscó y halló a Dios en todas las cosas. La visión del Alma Justa es una de las gracias especiales para nuestro camino:

“La felicidad de este estado (en cuanto yo puedo expresarlo) consistía en una libertad singular de todo aquello que podría apegarnos a las cosas de la tierra, junto con una entera disponibilidad y aptitud para toda clase de obras buenas. También percibí claramente en que estaba la esencia de aquella libertad: en que un alma tal todo lo refiere a Dios. Pero creo que esto fue más tarde, o en otra ocasión, pero estoy bien segura de que se trataba de eso.”

(Carta de Mary Ward al Padre Lee – La Visión del Alma Justa)

Desde esta visión, como compañeras de Mary Ward, se nos invita a reconocer la presencia de Dios en nuestra vida; vivir en armonía con todas las criaturas de Dios y «caminar en la presencia de Dios».

Dios creó el mundo y nos lo confió para que lo cuidásemos: “Dios los bendijo, diciéndoles: ‘Sed fecundos, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla. Sed dueños de los peces del mar, de las aves del cielo y de todos los seres vivientes que se mueven sobre la tierra.’” (Génesis 1:28). Con la creación amorosa de Dios, todas las criaturas tienen derecho a «dar fruto» y compartir la vida. Es así como estamos llamados a alimentar nuestra relación y compromiso con nosotros mismos, los demás, Dios y la tierra. En verdad, existe una conexión inseparable entre nosotras y la naturaleza, como dijo el Papa Francisco: “Somos parte de la naturaleza, incluidos en ella y, por lo tanto, en constante interacción con ella”. (Laudato Sí n. 139). Sin embargo, nuestras formas de vida están provocando una ruptura en esta conexión. Los estilos de vida de codicia y egoísmo conducen nuestra vida a alejarse de Dios y de la creación de Dios; destruyen la relación sana entre la vida de los seres humanos y la vida del planeta y todas las criaturas que viven en él.

Esto afecta el medio ambiente del mundo, especialmente los pobres, y tiene un impacto en la riqueza y la salud de nuestra Casa Común. Como niños que se van lejos, nos están llamando para que regresemos a Casa, a vivir como un alma justa, «como se encontraron en el Paraíso en ese estado, antes del primer pecado.» Estamos llamadas a tener una conversión que nos despierte.

En Laudato Sí (n. 10), el Papa Francisco presenta a San Francisco como “el ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad. Él manifestó una atención particular hacia la creación de Dios y hacia los más pobres y abandonados. Amaba y era amado por su alegría, su entrega generosa, su corazón universal. Era un místico y un peregrino que vivía con simplicidad y en una maravillosa armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y consigo mismo. En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior.” ¿Me veo unida con la creación de Dios? ¿De qué manera ? Sr.

Esther Finis