Percibiendo la realidad de nuestro mundo y respondiendo a las necesidades del mundo que nos rodea, la Región de Zimbabue está respondiendo a la pandemia del coronavirus a través de nuestras hermanas que trabajan en nuestras dos clínicas, es decir, la clínica San José y la clínica San Padre Pio Poly y la Hermana Salome Mateko que trabaja en la Conferencia de Obispos Católicos de Zimbabue (ZCBC) como coordinadora nacional de salud. Su contrato de servicio terminó el 31 de marzo de 2020 para responder a su nueva misión en la región, pero no pudo dejarlo porque hay urgente necesidad de ella en la oficina. Con el apoyo de los obispos, se ocupa de procurar desinfectantes y ropa protectora para los hospitales de nuestra misión en el país. Colabora con el Ministerio de Salud y el cuidado de los niños.
Nuestro gobierno declaró tres semanas de encierro a partir del 30 de marzo de 2020, que esta semana se extendió por otras dos semanas hasta el 2 de mayo de 2020. Actualmente tenemos un total de 28 casos confirmados y 3 muertes de 841 pruebas realizadas. Los hospitales están ocupados preparándose para lo peor. Las pruebas para el virus se siguen haciendo de forma centralizada por la escasez de kits de prueba. El gobierno está ocupado capacitando a los trabajadores de la salud, procurando kits de prueba y ropa de protección. Estoy muy agradecida por la solidaridad de las otras provincias, en particular MEP, que nos apoyaron económicamente con algunos fondos para los materiales de protección del Covid19 para nuestras clínicas.
Es muy triste que, debido al encierro, la gente esté luchando para llegar a fin de mes. Tocan a nuestras puertas pidiendo comida porque están acostumbrados a hacer trabajos a destajo para conseguir sus comidas diarias, lo cual es un reto ahora. La mayoría se ganaba la vida comprando y vendiendo, pero debido al bloqueo, las personas ahora están atascadas. Estamos felices de compartir lo poco que tenemos.
A continuación, un informe de la Hermana Ester Jaravaza CJ, quien es la hermana a cargo de la Clínica Norton de San Padre Pío.
“El día que nos dijeron que debíamos estar atentas a la pandemia del virus Covid 19 empezamos por suspender la mayoría de nuestras actividades en la clínica.
Las áreas más afectadas fueron las inmunizaciones, el control del crecimiento, los cuidados ambulatorios y las pruebas de VIH.
Control del portón
Mantenemos la puerta de entrada siempre cerrada y solo admitimos a las personas revisadas mediante historiales y chequeo de la temperatura. Mantenemos registros y datos de contacto de todas las personas que entran a la clínica.
Vestimenta de protección
Empezamos a usar mascarillas quirúrgicas y respiratorias y a lavarnos las manos dentro y fuera usando los cubos de la clínica disponibles. Recibimos algunos desinfectantes del hospital Norton y de la ZCBC.
Tareas del personal
Se solicitó a todos los voluntarios que eligieran regresar y quedarse alejados durante estos cierres por Covid. Todos los ayudantes de enfermería se fueron a casa excepto uno que regresó y está prestando servicios tres veces por semana especialmente en maternidad. Se cambiaron los turnos de las enfermeras de tres días a dos y cinco días en casa, y tres días de guardia nocturna en lugar de siete.
Transporte para el personal
Desde que comenzó el Covid, empecé a transportar enfermeras de la localidad de un lado a otro hasta la fecha. A veces el autobús local está disponible para llevar a las enfermeras, pero no de forma regular.
Servicios limitados en la clínica
Hemos reanudado la revisión y la admisión de las madres embarazadas, por lo menos 20 mujeres por día. Algunas se deben rechazar por la escasez de personal con sólo tres personas en servicio por día. De los pacientes de ambulatorios, sólo aceptamos a los que tienen una emergencia y a los que vienen por sus suministros como los pacientes de VIH.
Hemos examinado a 517 personas que asistieron a nuestra instalación desde el 26 de marzo de 2020. Tres eran sospechosos de haber sido infectados por el virus de Covid 19 y se les pidió que se aislaran y se recuperaron en su casa, incluyendo una de nuestras enfermeras cuya prueba resultó negativa pero que aún sigue en casa recuperándose.
Agradecimiento
Queremos agradecer a todas las hermanas de la CJ en todo el mundo que están rezando especialmente por los trabajadores de la salud que están en riesgo.
Desafíos
- Transporte de enfermeras
- Falta de vestimenta de protección. Mucha gratitud a la Provincia de MEP por el apoyo económico. Compraremos la ropa de protección necesaria.
- Incapacidad de identificar y realizar pruebas para el coronavirus. El gobierno aún debe descentralizar las pruebas. Solo verificamos por el historial médico.
Trabajamos y vivimos con la esperanza de que Dios nos libere de este virus mortal cada día al venir a trabajar. Gracias por apoyarnos con sus oraciones.”
