La enseñanza durante este período de encierro.
“Enseñar en estos tiempos de COVID ha sido un reto. Algunas clases se hicieron por Google, luego hubo padres por teléfono y ahora por fin algunos alumnos están cara a cara. Los exámenes se cancelaron, pero cada alumno tiene que ser evaluado. Fue un trabajo minucioso para asegurar que ningún alumno estuviera desventajado.”
Una experiencia de encierro diferente
«Nunca he disfrutado tanto del despertar de la primavera como este año. Tengo cinco bosques de campánulas cerca de mí y todos de una belleza impresionante. También experimenté la alegría de las semillas plantadas que brotan y crecen. Tuve mi primera cosecha de grosellas negras y mis plantas de tomate están cubiertas de flores. Con alegría, observé a tres jilgueros desde la ventana de mi cocina.
Y oh, ¡el bendito silencio sin el vuelo de los aviones!
Me doy cuenta de que simplemente me he abierto a la novedad de cada día alegrándome de mi buena salud y disfrutando de los encuentros y la amabilidad de la gente que me rodea, entendiendo que menos puede realmente ser más…
Lo que también me impacta es que tengo un renovado sentido de la solidaridad; en esto, estamos todos juntos».
El aislamiento tiene aspectos positivos:
«Encuentro que el aislamiento no es tan difícil cuando todo el mundo se auto aísla. Durante este período tuve tiempo para encarar mis problemas en lugar de evitarlos y he visto cómo mis miedos disminuían cuando los afrontaba. Siento que he experimentado el verdadero significado de confiar en Dios porque no hay alternativa…
Practiqué ir hacia los demás en vez de esperar que vinieran a mí.
También me he sentido humilde e inspirada por los generosos actos de altruismo y espíritu comunitario, tanto a nivel local como en todo el mundo.
He sentido gratitud por las hermosas misas y oraciones vespertinas transmitidas por nuestra iglesia parroquial.
Durante este tiempo siento que la vida se ha enfocado en mí.”
Y, en conclusión:
«En cierto modo, el encierro fue para mí una experiencia relajante, sin responsabilidades ni presiones.
Por otro lado, me resultaba difícil tener sólo contactos limitados con mi familia y amigos. En particular, extrañé llevar a mi nieta a la escuela. También es difícil no saber cuándo podré conocer a mi nuevo nieto.
Aunque se está aflojando el encierro, ¡pasará mucho tiempo antes de que me sienta segura de reanudar la vida normal!»
